Estamos intentando rehacernos del bombazo que nuestro
maquiavélico Pedro Sánchez acaba de lanzar aceptando la propuesta marroquí de
ceder el territorio del Sáhara a Marruecos como una región con cierta
autonomía. Pese a la sorpresa hay que reconocer que no es nada nuevo porque ya
Zapatero la había aceptado en principio, aunque no llegó a realizarse, y Rajoy
nunca la desmintió ni tampoco hizo nada. Pero gracias a ello durante estos dos
mandatos gozamos de una relativa paz y tranquilidad con el vecino.
También sabemos que EEUU, Francia y Alemania hace tiempo que
están por esta propuesta y que Europa no está interesada en absoluto en tener
una guerra en el este y un conflicto belicoso en el sur, por lo que hace tiempo
está presionando a España para que solucione el tema. Y yo sospecho que la
“tournée” de Sánchez por Europa ha tenido una respuesta muy simple: “Si
tú necesitas resolver el problema del gas con las eléctricas, nosotros
necesitamos que resuelvas el conflicto con Marruecos, ya”.
Lógicamente este notición da pie a toda la oposición para
montar la tangana y a la ultra izquierda otro tanto pero con bombo y platillo. Y,
por qué no decirlo, a los periodistas para hacer caja.
He de reconocer que yo también, durante un tiempo, fui
partidario de la autodeterminación de los saharauis. No sabría si por aquello
de que era una reivindicación de las izquierdas o por aquello otro del buenismo
nacional, pero hoy estoy convencido de que esto es una fantasía como la de
Alicia o la de Caperucita Roja. Y las razones son varias:
a) Los saharauis no tienen población
suficiente para formar un estado. Su población no pasa de los 90.000
habitantes, tribus seminómadas en su mayoría, y su territorio es tan grande
como Marruecos, que tiene 37 millones. Además, en territorio del Sáhara
propiamente dicho solo quedan parte de los guerrilleros del Frente Polisario,
(deslocalizados) y el resto está en los campamentos de Tiduf, en Argelia, donde
han nacido la mayoría de ellos que, por tanto, ya no son saharauis sino
argelinos.
b) El referendo es imposible. ¿Cómo
podría realizarse un referéndum de autodeterminación en un territorio desértico
sin población? ¿Aceptaría Marruecos que votaran los habitantes de Tinduf, en
Argelia, siendo la mayoría argelinos? ¿Tendría valor internacional este
referendo?
c) No tienen ejército para defenderse de
Marruecos. Con la “Marcha Verde” (1975), Marruecos invadió el territorio
civilmente, pero después lo tomó militarmente con un despliegue impresionante
que ha establecido muros minados y militarizados de más de 2.000 km. El frente
Polisario es un simple grupo guerrillero que surgió para defenderse de España
(sus colonos) y en sus primeras envestidas fueron casi eliminados por la legión
española en tiempos de Franco. Luego resurgieron y, tras la retirada española,
en la década de 1977 a 1987, secuestraron y mataron a pescadores españoles que
se acercaban a faenar en sus costas. Ahora luchan contra Marruecos y
Mauritania, siempre apoyados por Argelia.
d) España hizo ya la cesión del
territorio. Históricamente Marruecos afirma que el territorio era de su dominio
cuando fue colonizado por España en el reparto que los países europeos se
hicieron de África (finales del siglo XIX). Y es cierto porque antes de esto el
Sáhara era solo una ruta para camelleros y que estaba bajo el dominio o el
control del reino de Marruecos. En la actualidad, España, tras la Marcha Verde,
y por el rey Juan Carlos I, que entonces tenía todos los poderes de Franco,
negoció junto con Kissinger (EEUU), la cesión de la soberanía del territorio a
Marruecos y Mauritania a cambio de la paz y apoyo político de EEUU. ¡El rey
tenía que consolidarse!
e) El territorio es rico, pero ellos no
tienen posibilidad de mantener ni explotar su tesoro. Hace unos años escribí un
artículo sobre ello titulado: “El
Sáhara Occidental, o la desgracia de ser ricos” os remito a él.
Por todo ello hoy considero que llevar a la práctica el
acuerdo que tácitamente está hecho y consensuado por todas las partes interesadas
(quizá salvo Mauritania y Argelia) nos acarrearía grandes beneficios políticos,
económicos, migratorios y, sobre todas las cosas, LA PAZ. Especialmente si en
el trato entra algún compromiso marroquí de no reivindicar Ceuta y Melilla ante
la ONU, donde el tema está congelado. No olvidemos que estas dos ciudades solo
son consideradas españolas por los españoles, no para la OTAN, por ejemplo. Si
entráramos en conflicto con Marruecos tendríamos que entendérnosla nosotros
solitos, África no es territorio OTAN, la OTAN no intervendría.
Manuel Reyes Camacho
Otro punto de vista: "El Sáhara, problema eterno". Arcadio, diciembre 2020. http://aerrece.blogspot.com/2020/12/el-sahara-problema-eterno.htm