19 de junio de 2016

Los políticos desILUMINATI y el Brexit



POLÍTICOS DesILUMINATI:

No, no me refiero a los “Iluminati”, esa orden secreta que nació en Baviera en la época de la Ilustración y que pretendía fomentar cosas como:
·         La educación de la mujer
·         La igualdad entre los sexos
·         Suprimir la superstición
·         Eliminar la influencia de la iglesia en la vida pública (laicismo moderno)

…y otros “disparates” por el estilo, y que fue ridiculizada, vilipendiada y “felizmente” abolida gracias a la presión de la Iglesia Católica hace ya más de 200 años. Curiosamente los  símbolos que se les atribuyeron siguen apareciendo en los billetes de dólar. Y lo más interesante de todo es que, pese a que ellos murieron,  sus magníficas ideas germinaron, fructificaron y siguen vivas. Su iluminación les guio por el camino correcto del avance social.

Hoy, en cambio, disfrutamos de un tipo especial de políticos que caminan en sentido contrario al avance social, por eso se me ha ocurrido denominarlos “Desiluminati”. Para mí los desiluminati  modernos son los Jordi Pujol, Artur Mas, Sabino Arana, David Cameron… Aquellos políticos que un día recibieron la inspiración divina -no desde la luz de la inteligencia como los Iluminati- sino  mientras apretaban en el excusado, y se dieron cuenta de que si ellos iban a contracorriente se harían famosos, gobernarían los movimientos de rebeldes sin causa, siempre numerosos,  y podrían vivir del rollo político el resto de sus días. Incluso con la nada quimérica probabilidad del enriquecimiento personal (para más información preguntar a Google por Pujol).

Si la humanidad ha seguido el claro camino de: familia,  tribu,  ciudades estado, estados, uniones de estados (EEUU, Europa)…  ¿Qué imagina usted que será el futuro? ¿Cataluña independiente? ¿Carchuna independiente? ¿Gran Bretaña independientes? La historia nos demuestra que la carrera por la unidad en la humanidad es imparable, ¿Qué sentido tiene navegar a contracorriente?

Tiene uno muy provechoso para ciertos políticos: hacerse famosos, lograr el poder. Bien es verdad que aunque la gente en grandes masas se comporta –nos comportamos- como borregos, para lograr que un gentío se dé la vuelta, caminen a contracorriente, se revuelvan en contra de la lógica común, es necesario fomentar uno de los sentimientos más fuertes de la humanidad: el odio.

Generar el odio es lo que se hizo en el País Vasco, lo que acabó generando a los “ejecutores” de ETA. Generar el odio es lo que se hace en Cataluña donde se ha infiltrado soterradamente este odio al resto del país desde la escuela. Donde se ha utilizado la lengua como elemento separador. Donde se ha retorcido la circunstancia de ser una región industrializada y rica y por tanto, junto con Madrid y otras regiones, ejercer la solidaridad en favor de regiones más pobres, con el eslogan “España nos roba”, cambiando así la generosidad por el odio.

Generar el odio es lo que está haciendo David Cameron en el Reino Unido. Utilizó la amenaza de la independencia de Europa en primer lugar para extorsionar a la Unión y lograr beneficios extra que no tienen otros países. Pero para que sus palabras tuvieran un contenido realista tuvo que generar el miedo y el odio hacia Europa advirtiendo a su pueblo del peligro de su pérdida de soberanía en favor de Europa –su enemiga ancestral- de las pérdidas económicas y especialmente ahora del peligro de la “invasión” de los refugiados musulmanes. No olvidemos que los isleños británicos se han pasado la historia luchando contra invasores de todo pelo. La consecuencia del odio desatado ha sido la división del país y, especialmente, la muerte de la diputada Jo Cox por tratar de impedir la extensión de la oleada de odio desatada. De nada ha servido que cuando Cameron fue consciente de que jugar con fuego había provocado un incendio, el “Br€xit”,  se cambiara la chaqueta y se pusiera a defender la unión. Ahora ya es tarde, el daño está hecho.

Concluyo resaltando que el principal problema social que desatan estos “desiluminati” modernos es el odio, que trae como consecuencia la división de la sociedad y finalmente el enfrentamiento y la violencia. Y sugiriendo que deberíamos presionar a los políticos sensatos a legislar más ampliamente sobre los delitos de odio y promover esta legislación a tribunales internacionales. Un político que genere el odio debería ser apartado de toda función pública de por vida y su encarcelamiento adicional si su campaña de odio ha generado la muerte de alguien.




Unos días más tarde:
  

¡BR€XIT!  O el suicidio del DESiluminati Cameron

A uno le debería asustar y entristecer la catástrofe, totalmente innecesaria, que ha desatado el desiluminati Cameron con su torpeza y falta de visión política. Ha jugado con fuego, como decíamos en el artículo anterior sobre el tema y ha incendiado Europa, posiblemente ha roto el Reino Unido y surgen fogatas en las bolsas de todo el mundo, y no precisamente por haber ocurrido en la noche de San Juan.

El desiluminati Cameron, para lograr sus fines personales, invocó al miedo, al egoísmo y al odio, y perdió, (los bisabuelos ingleses todavía recuerdan los bombardeos alemanes y temen a los inmigrantes). Como se considera un iluminado, siempre pensó que él sería capaz de dirigir a las masas y llevarlas a su redil, pero pienso que le faltó saber dos cosas:

a)     Que una vez afloran estos nefastos sentimientos las masas son ingobernables (los jóvenes ingleses ha votado por la Unión, pero los más viejos y los medianos lo han impedido).
b)    Que los grandes proyectos que unen a la humanidad, como la creación de la Unión Europea, son proyectos de élites ilustradas, no del pueblo. Lo he oído del matemático y analista Juan Ignacio Crespo y me ha gustado mucho. No se trata de volver al despotismo ilustrado, sino a no confundir el régimen democrático con el asambleario. Si en los años 50 y 60, cuando comenzaron a gestarse los primeros tratados que acabarían dando lugar a la actual Unión Europea, se hubiera llevado a referéndum el sí o no a la Unión, habría salido un NO como un castillo. En aquellas fechas los franceses, ingleses, alemanes, polacos… todavía lloraban a sus muertos. La unión para evitar futuras guerras con la excusa de un fructífero intercambio comercial no podía caber en los corazones del pueblo llano, como no ha cabido en los del pueblo inglés aún hoy, 40 o 50 años después. La Ilustración fue un movimiento que proponía actuar siguiendo los dictados de la cabeza, no los del corazón. Pero hasta hoy esta filosofía solo ha sido prerrogativa de élites. Que yo sepa, a las masas solo las mueve el corazón y lo penoso es que todos formamos parte de ellas algunas veces.

Hoy nos enfrentamos a una hecatombe bursátil, económica, social y política por la decisión  absurda de convocar un referéndum que nadie había pedido. Un invento superlativo propio de un estúpido ignorante engreído. Lo que se dice un arcaico desiluminati, hoy apagati.

Pero, pasada la sorpresa inicial, he de confesar que más que triste o asustado, me siento alegre y contento. Que las vamos a pasar mal en unos meses es evidente; por el caos y la confusión creada ante una situación tan surrealista, y quizá nos enfrentamos a más de un par de años de negociaciones hasta que todo vuelva a la estabilidad, pero pienso que, aunque también hay inconvenientes,  las ventajas del Brexit para Europa son clarísimas:

A)    Reino unido ha sido siempre el perro del hortelano de Europa, ni come ni deja comer. Se ha dedicado siempre a poner palitos en las ruedas para evitar que le Unión avance. Ha estado siempre con un pie dentro y otro fuera, aceptando lo que le reporta beneficio y rechazando el resto. Ahora la Unión tendrá que avanzar para evitar males mayores y no habrá quien lo impida. ¡Hemos conseguido la libertad!
B)    Las pérdidas comerciales serán transitorias, mientras dure el caos normativo y legislativo que se ha generado. Si hoy tenemos un intenso intercambio comercial con UK es porque nos beneficiamos ambos. ¿Por qué razón no vamos a continuar? Solo habrá que cambiar los acuerdos, las leyes, las letras escritas en los papeles, solo eso. Dice Juan Ignacio Crespo que el United Kingdom de hoy “cree” haber votado NO, pero dentro de unos años se dará cuenta que en realidad ha votado SI, puesto que todo seguirá igual, excepto que ellos estarán fuera y más aislados. La unión de todos los pueblos, la mundialización, es imparable.
C)    El mayor daño lo veo en la incertidumbre, el desasosiego generado en millones de personas y, especialmente, en aquellos cuyos puestos de trabajo podrían perderse.

Por mi parte solo me queda desearles a los británicos lo que dice el refranillo español:
¡Tanta paz logréis como descanso dejáis!

Manuel Reyes