24 de noviembre de 2014

Filiación política de UPyD

UPyD

·         Es un partido nacional y transversal.
·         Con unos valores como la libertad, igualdad y laicidad que se consideran también como principios y objetivos finales.
·         Políticamente progresista (no reaccionario) Partidario de:
o   la mejora de la democracia,
o   la extensión de las libertades individuales
o   la lucha contra la corrupción
o   y contra la degeneración de la democracia.
·         Filosóficamente universalista (no relativista).
o   Defiende que hay verdades universales, como los derechos humanos proclamados por la ONU.
o   Y que la democracia aspira a la universalidad.

_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_




Ser nacional equivale a afirmar que la nación, constituida democráticamente, persigue incrementar todas las libertades personales, garantizando la igualdad y el bienestar de todos sus ciudadanos. Se rechazan por tanto las pretensiones de los nacionalistas de imponer, sobre la igualdad de todos, ciertos derechos colectivos, los “derechos históricos”, de los que pueden disfrutar ellos pero no los demás.
●●●


Un partido es transversal cuando no deriva de una ideología política, como el liberalismo, la social democracia, el comunismo, etc., y solo tiene una serie de valores, principios, y objetivos concretos, es un partido instrumental. Es lo que, en cierto modo, le ocurre a UPyD al proceder de unos movimientos cívicos como el Foro de Ermua y Basta Ya, donde solo hay establecidos unos objetivos, unos principios y, en definitiva, unos problemas a resolver.  Esos problemas pueden ser resueltos desde distintas ideologías y con distinto procedimientos, por esta razón no importa la procedencia izquierda-derecha de sus afiliados. El único requisito que han de cumplir estos es coincidir en los problemas que se pretenden resolver y los valores que se defienden.

La transversalidad puede considerarse también como una negación a mantenerse fieles a idearios y concepciones de más de un siglo de antigüedad que implican una fosilización ideológica. Los partidos de nuevo cuño intentan esgrimir argumentaciones e idearios nuevos.

El partido también puede establecer un cierto posicionamiento en determinados aspectos del espectro político, aunque UPyD se ha negado siempre a situarse en el eje izquierda derecha. Rosa Díez, presionada por los periodistas, ha manifestado que ella se siente de centro izquierda, lo que no implica que otros afiliados puedan tener distintas procedencias.
●●●


En el eje reaccionario-progresista se define claramente como progresista. Fidel Castro no puede considerarse más progresista que Franco por ser comunista, ambos son igualmente reaccionarios. El aumento de los impuestos indirectos es una política fiscal reaccionaria porque carga por igual a las rentas bajas que a las altas. El aumento de las prestaciones sanitarias y educativas es política progresista porque profundiza la igualdad de los ciudadanos.
●●●


En el eje relativista-universalista se define decididamente universalista. El relativismo sostiene que todas las culturas son equiparables, que todas las éticas o morales son equivalentes, la sumisión de las mujeres en las sociedades islámicas es tan válida como la consideración de igualdad en la nuestra, todos los regímenes políticos son igualmente válidos según la cultura y la época, etc., situándose en su conjunto fuera del dominio del pensamiento crítico y la ciencia. Pero el concepto actual de democracia está basado en el concepto de derechos humanos universales, es decir, independientes de culturas, creencias y tradiciones. UPyD se declara comprometido con el pensamiento crítico y el universalismo ético y cultural.

Manuel Reyes Camacho





Bibliografía utilizada:
Movimientos cívicos. De la calle al Parlamento
Carlos Martínez Gorriarán
Turpial 2007. ISBN: 978-84-95157-26-3


10 de agosto de 2014

La Tierra Prometida


Arcanos Judíos

La mejor forma de conocer a un pueblo es sondear en su historia y mejor aún si buceamos en su pensamiento a través de la historia. Los judíos siempre llaman nuestra atención, siempre hay algún conflicto con ellos. ¿Por qué son tan raros? Apenas constituyen el 0,02% de la población mundial y son más famosos que nadie.

Hay muchas cosas en ellos que siempre me han resultado misteriosas, incomprensibles, inaccesibles. Como la obsesión de los judíos porque sea su Dios el que les proporcione la tierra donde han de vivir.

Todos los pueblos de la historia se han ganado su propia tierra a pulso, con su trabajo, o la han conquistado a cuchillo, ¿por qué los judíos tienen que hacer un pacto con Dios para conseguirla?

Sólo he hallado respuestas lógicas y razonables en los libros: “Armas, gérmenes y acero: breve historia de la humanidad en los últimos trece mil años” de Jared Diamond (un biólogo que se mete a historiador y le da la vuelta a la forma de hacer historia), y “Los Judíos” de Jesús Mosterín (un epistemólogo español al que admiro). A ambos os los recomiendo encarecidamente.

De ellos he podido deducir que hace unos 4.000 añitos más o menos, el pueblo que hoy llamamos judío ya andaba por esa misma zona donde siguen hoy, lo que los historiadores llaman El Creciente Fértil, practicando el nomadeo con sus rebaños de cabras y ovejas. Pero resulta que por aquel entonces ya la mayor parte de la población terráquea practicaba con regular fortuna el cultivo de cereales y otras hierbas. Se habían hecho agricultores y, por consiguiente, sedentarios. Los asentados agricultores construían sus casas de piedra y ladrillo, y no de piel de cabra. Vivían en ciudades y, fraguaron el concepto de propiedad de la tierra. Es completamente lógico que una gente que se pasa la vida trabajando una tierra de sol a sol para lograr unos puñados de grano considere que esa tierra es suya.


A medida que avanza este proceso de sedentarización y posesión de las mejores tierras, las tribus de pastores nómadas se van viendo expulsadas de las tierras más fértiles, que ahora tienen dueño, hacia las tierras baldías y cercanas a los desiertos. Lo que empobrece y dificulta sus vidas de modo cada vez más acuciante.

La población de las ciudades crece muy rápidamente porque la agricultura las proporciona más alimento y por tanto más posibilidades de vida.  Además, la vida en comunidad favorece el desarrollo de artesanos especializados, ceramistas, carpinteros, constructores… Lo que hace nacer un entramado técnico y cultural desconocido para las tribus aisladas. Las ciudades avanzan, los pastores no.  Los agricultores tienen que defenderse de las incursiones de las tribus de pastores que invaden sus cultivos con sus ganados e incluso, a veces, atacan a ciudades pequeñas para hacerse con el grano y sus enseres. Algunas ciudades llegan a construir murallas para su defensa.

Cuando las tribus semitas tienen falta de alimento, o les sobra gente, que viene a ser lo mismo, muchos de ellos van migrando a las ciudades y se asientan en ellas. En principio en Mesopotamia, después en Galilea.

Pero las tribus nómadas rechazan frontalmente la agricultura. Estar con el lomo doblado de sol a sol no les seduce nada. Para ponderar su rechazo basta recordar uno de sus mitos clásicos: la expulsión del Paraíso Terrenal. Yahvé crea a Adán y, como ve que el tío se aburre tan solito, crea a la mujer, y ahora como Adán empieza a meter mano a Eva y ésta, la muy ladina, se calla, pues se cabrea muchísimo y los echa del Paraíso (pura lógica pitagórica). Y en su expulsión, los condena: “Ahora tendréis que ganar el pan con el sudor de vuestra frente” Hay que fijarse que habla de pan y no de leche, carne o frutas (el alimento de los pastores), el pan es el alimento de los agricultores. Así que para este pueblo el paraíso es el pastoreo y la condena es el trabajo de la agricultura. Debido al pecado de Adán, Dios, Yahvé, castiga a los judíos a hacerse agricultores.

Pido disculpas a mis circunspectos lectores por la interpretación folclórica que hago del mito.

Del mismo modo que ellos idealizan la creación del hombre como la creación de un solo hombre, también mitifican el origen de las tribus semitas como la existencia de una sola tribu, la de Abraham, de la que parten posteriormente las famosas 12 tribus, de sus 12 hijos. Estas tribus están formadas por un patriarca, dueño y señor de vidas y haciendas, y un dios que es tan propio de la tribu como su patriarca. Cada tribu tiene su dios. Lo que nos dice que los judíos NO eran en realidad monoteístas, salvo si consideramos a una sola tribu y nos olvidamos de las otras doce. Así cuando Yahvé se aparece a Jacob le dice: “Yo soy Yahvé, el dios de tu padre Abraham, el dios de Isaac…” Esto es, Yahvé tiene que identificarse para que no le confunda con los otros dioses.

Los historiadores fechan entre el 2100 y poco después del 2000 a de C. la época en que se produce el asentamiento casi masivo de las tribus semitas en las ciudades. Por estas épocas la obsesión por haberse quedado sin tierras fértiles debió ser generalizada entre las tribus semitas. Y es por entonces cuando Yahvé se presenta a Abraham y le promete darle tierras donde asentarse, concretamente las de Canaán, a protegerlos y darles mucha descendencia y a cambio Abraham y sus descendientes se comprometen a obedecerle y rendirle culto y ofrecerle sacrificios solo a él, a Yahvé, no a los otros dioses. Y como señal visible de la alianza los judíos tendrían que circuncidarse. De tal modo que los no circuncidados no serían considerados judíos, sino enemigos.

Dicen los historiadores que esto del corte del prepucio, tanto como la clitoritomía, no era nada original ni raro porque era práctica común de las tribus semitas.

Lo verdaderamente original es que el hombre tenga que hacer un pacto con su dios, y que el resultado del pacto sea la entrega de una tierra donde asentarse. Y como creo haber puesto de manifiesto la causa última de este drama es haberse quedado atrás en el normal desarrollo de la civilización humana. Mientras los demás han descubierto y puesto en práctica la agricultura, ellos se han negado a participar del hallazgo y cuando vienen a darse cuenta han sido expulsados a los desiertos y no les queda tierra donde subsistir.

Es lo que les pasa a los pueblos que se quedan atrás en la cultura. Es la actual tragedia de los musulmanes. Y es la tragedia de áfrica.

Manuel Reyes Camacho


23 de mayo de 2014

Empatía europea



Inmersos en plena campaña electoral por el Parlamento Europeo nos vemos con frecuencia sometidos a los vaivenes entre la ilusión y la frustración.

Ilusión porque Europa es ciertamente un proyecto ilusionante, más aún, yo diría que es el mejor y más ambicioso proyecto social que la humanidad tiene entre manos en estos tiempos. Un proyecto que está en línea con la flecha que orienta el sentido de la evolución de las sociedades a lo largo de la historia.

 Ya afirmaba Aristóteles que “el ser humano es político”, esto es, social.” Los seres humanos viven en familias, clanes, grupos y manadas llamadas aldeas, pueblos, ciudades o naciones, y siente necesidad de juntarse con otros semejantes para poder realizarse como tal”. Solo que Aristóteles se paraba en las naciones, máxima organización social posible en su tiempo. Hoy, 15 siglos más tarde, esto está por fin superado y contamos con federaciones de naciones y el futuro, lejano, apunta a la mundialización, que ya se hizo viable desde que la ciencia y la tecnología hicieron posibles las comunicaciones físicas y telemáticas actuales y el tratamiento masivo de información.  La flecha del progreso social es muy clara: familias à tribus à ciudades à naciones à estados federados à unión planetaria. Y que también está en línea con la, recientemente descubierta y aún en estudio, empatía de las sociedades. A nivel personal, empatía es la capacidad cognitiva de percibir, en un contexto común, lo que otro individuo puede sentir. Pero también se produce a nivel colectivo y así cuando una comunidad comprende lo que siente y piensa la otra, dejan las espadas y echan mano de los tratados.

Lo que parece decirnos que en la evolución histórica de las sociedades hay un cimiento biológico: las estructuras y funciones de nuestro cerebro.

Es por esto que resulta incomprensible que en pequeñas regiones como País Vasco o Cataluña (también en Irlanda y otros lugares) aparezcan “iluminati” que han recibido de los Dioses la buena nueva de que la evolución y el bienestar de sus pueblos se lograrán mejor frenando y poniendo la marcha atrás.

Si esto lo unes a la gran cantidad de gente obsesionada con su día a día y a la que no le importa, porque no percibe que cabalgamos, y la no menor cantidad de los miopes desconfiados que solo piensan que esto de la Unión Europea es solo otro truco para llenarse los bolsillos otro puñado de políticos, se podrá entender la tristeza con que alternamos las ilusiones.


Pero en cualquier caso abrigamos la convicción personal de que el proceso de la unión de los pueblos es inevitable. Y que es un problema de sentimientos y de inteligencia, porque solo hace falta que la empatía logre superar definitivamente al odio y a la estupidez humana. Un problema de siglos, pero imparable.


9 de abril de 2014

Mi vuelo Chauchina-London



Hace unas semanas hicimos un viajecito a Londres con unos familiares del que nos quedaron muchos gratos recuerdos, pero también algunos doloridos, y no deseo que esas gotitas de hiel se diluyan en el tintero.

Poder salir del aeropuerto granadino directamente a Londres es toda una gozada, aunque nada más llegar al aeropuerto ya te llevas la primera sorpresita. Tú has comprado unos billetes donde puede leerse: Vuelo Granada-Londres de IBERIA IB7525, pero cuando llegas a la zona de embarque tu vuelo no aparece por ninguna parte. Allí hay uno sospechosamente parecido que dice: Vuelo de la British Airwais BA7525, que finalmente resulta ser el verídico. Y uno recuerda con tristeza como aquella emblemática IBERIA fue destruida por su propio personal. Recuerdo aquellos pilotos mejor pagados que ministros que cada verano hacían huelgas terribles para lograr nuevas subidas de sueldos. Y recuerdo cómo finalmente fue vendida a la British por unos empresarios a los que solo les importa el dinero y por un gobierno que en ese momento estaba distraído. Y ahora sospecho que la intención de la British va por el camino de borrar del mapa cualquier vestigio de Iberia.

Cuando llega el avión, con retraso ibérico por supuesto, podemos ver en su panza un enorme letrero: British Airwais. Subes con tristeza las escalerillas y te encuentras con una rubia mayorcita que te saluda alegre: ¡good morning, good morning! Y tu respondes con inquina, ¡¡Buenas…
Ni un tripulante español por ninguna parte. Pero lo mejor está por llegar. Cuando ya casi no se ven las nieves de nuestra sierra y las azafatas comienzan su tonta danza para enseñarte a soplar por no sé qué tubito, resulta que la locución está "only in english". Menos mal –piensas- que si nos caemos sobre los llanos de la Mancha no vas a necesitar soplar por ningún tubito. Pero, insisto, lo mejor está por llegar. Poco después resuena la voz del piloto que en un inglés un tanto macarra, me pareció a mí, te cuenta los detalles del vuelo ¡¡CHAUCHINA-LONDON!! Pero ¿cómo Chauchina-London? ¡Será hijo de la GB! ¡Y además pronuncia Chauchina con toda corrección, el tío! Habrá que explicar, por si me leyera alguien que no sea de Chauchina, que el aeropuerto de Granada está situado sobre el territorio de ese lindo pueblecito granadino. Y creo que ya casi no tengo que seguir con el relato porque, tal como usted sospecha, el piloto no llegó a pronunciar ninguna otra palabra en español. Ni las azafatas, a las que pides un cortado y te preguntan ¿coffee and milk? Y tu te tienes que morder la lengua para no contestar: No, mejor un "relaxing cup in café con leche". 


Así que los british no solamente han borrado del mapa el nombre de Iberia, y se han quedado con todos sus vuelos, sino también el nombre de Granada. Aparte de olvidarse del español y dejar sin empleo a nuestros millonarios y felices pilotos, azafatas...

Hundido en el asiento te esfuerzas por pensar en positivo, como está de moda. A lo mejor esta gente lo hace por nuestro bien, por aquello de la inmersión lingüística. ¿No vamos a Londres?, pues, coño, hablemos en inglés. Y nos asalta el tierno recuerdo de nuestro amado Artur Mas, por aquello de la inmersión y del patriotismo.


Admito que, como granadino y como español me he sentido humillado y triste. Hay que aceptar que España se vende y los españoles también. No existe entre nosotros el carácter de empresario ni el orgullo de nación. Aquí en cuanto que alguien ha conseguido levantar un chiringuito que da dinero lo vende al mejor postor; francés, inglés, chino, ¿qué más da? Ahora nuestro feliz "empresario" se podrá pasar el resto de su vida rascándose la barriga, guardando su dinerito en un calcetín y sin tener que volver a dar un palo al agua. Esa es la gloria del español, más que nos pese.