26 de enero de 2020

El coronavirus de Wuhan

O las consecuencias de la estupidez humana


Otra vez a vueltas con los puñeteros coronavirus. Y lo digo así porque, a diferencia de lo que suele deducirse de las informaciones periodísticas, los coronavirus son viejos “amigos” nuestros. Son los virus del resfriado. ¿Quién no tiene un resfriado o lo ha tenido hace unas semanas? Lo que pasa es que estos bichitos mutan con más frecuencia que las mujeres de vestido, así que de vez en cuando nos sorprenden con algún nuevo “look”, como el que se ha puesto de moda en ese pueblecito chino de Wuhan  de poco más de 11 millones de habitantes (los andaluces cabemos en dos o tres de sus barrios, solo somos 8 millones).

¿Pero cómo se las han arreglado los chinos para infectarse con semejante bicho? Según parece el bichito procede de los murciélagos y otros animalitos a los que estos contagian. Y usted se preguntará: ¿pero es que los chinos comen murciélagos? Pues sí. Resulta que los chinos, como todo el mundo sabe, celebran en estos días la entrada del nuevo año. ¿Se equivocan? No, es que ellos tienen un calendario lunar, no solar. Y al igual que nosotros lo celebran con grandes comilonas.

A diferencia nuestra, en lugar de tomar tres platos con un kilo de gambas, un kilo de pavo y otro de polvorones, toman entre 20 y 30 platitos pequeñitos. Y, póngase usted en su lugar, y piense de qué demonios se pueden rellenar 30 platos diferentes… ¿De hormigas fritas?, por supuesto, ¿de gorriones?, claro. ¿De culebras? Evidentemente. ¿De perro en adobo? Hombre, esto es demasiado corriente, mejor camello al horno. ¿De murciélagos? Of course! En Wuhan existe un “Mercado de animales vivos” famoso en el mundo. ¿Y todos estos bichitos están controlados por Sanidad? Por supuesto que no.

Pero hombre, se supone que no van a comerse los animalitos vivos, ¿no? ¡No! Es que el coronavirus se trasmite por contacto, basta tocar la carne del animal o su sangre, para infestarse. Es por esto que yo al principio dedicaba un recuerdo a la estupidez humana.

En realidad esta nueva mutación tiene antecedentes conocidos:

-El SRAS-CoV (Síndrome respiratorio agudo y grave) una mutación, apareció en China en 2002 y provocó 8.000 contagios y 700 muertes, entre China, Japón y otros países

-En 2015 se detectó e identificó en Arabia Saudita (su nombre oficial: MERS-CoV (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio por CoronaVirus). Al parecer el virus provenía de los camellos, posiblemente contagiados por murciélagos y que infectaron a algunas personas. Ante la alarma, las salas de urgencias se llenaron de gente y allí se propagó como la pólvora. Posteriormente la propagación se mantuvo por las peregrinaciones a la Meca. Hasta 2019 se han notificado 2.400 casos de infección y 800 muertos. Recientemente hizo una nueva aparición en Corea donde demostró que en cada nueva reaparición su capacidad de propagación es extraordinaria.

- El 2019gn-CoV, el actual, apareció a finales de noviembre de 2019 en Wuham (China) y se ha comprobado que no solo se transmite de animales a personas sino entre personas donde se transmite por gotitas respiratorias que provocamos al toser, estornudar o incluso al hablar. La buena noticia es que no parece tan grave como sus abuelos el MERS y el SRAS.

Menos mal, podemos pensar los granadinos, que Wuhan está al otro lado del mundo y aquí no llegará. Falsa esperanza. Hace unos días llegó a la Alhambra un autobús lleno de turistas chinos con uno de ellos enfermo. Pues al Clínico. Y allí los médicos le preguntaron por curiosidad: ¿Y de dónde es usted? (en chino, claro). ¡Pues de Wuhan! Y todos los médicos salieron corriendo despavoridos a por los trajes antivirus. Pero, ¡horror! ¡NO HAY TRAJES ANTIVIRUS EN EL CLÍNICO! Menos mal que entonces les informaron que el ministro de sanidad ha dicho que en España no hay problema porque lo tenemos todo previsto. Entonces los médicos se calmaron, se pusieron las mascarillas antipolen y volvieron a por el chino. Me baso aproximadamente en la información que ha dado el famoso médico granadino, el Dr. Spiriman que estaba presente en el “affaire”.  Tras varios días de espera de las analíticas acabo de enterarme que el pobre hombre no tenía el coronavirus.

¡¡Ufff…!!

Manuel Reyes