Laniakea, el supercúmulo al que pertenece nuestra Vía Láctea (punto rojo) |
Las galaxias se organizan en el Universo en forma sorprendente formando líneas, Filamentos Galácticos, que se unen con otros muchos como los afluentes de un río. Un "río galáctico" que se dirige hacia un misterioso Centro Atractor gravitatorio.
En esta época veraniega del año,
más aún cuando el calor asfixiante del cambio climático nos obliga a
trasnochar, es quizá la única en que los urbanitas terrícolas miramos al cielo
y recordamos que ¡Ohhh maravilla!, no está lleno de bombillas LED, sino de estrellas
y planetas y lunas y estrellas fugaces (que la gente incrédula dice que son
pedruscos y los enteradillos que son tornillos de la Estación Espacial). ¡Qué
bello es recordar que sobre nuestras cabezas no hay banderas de día ni
bombillas de noche, sino el infinito Universo! Ese que sigue guardando más
secretos que certezas. Ese que el hombre escruta desde que existimos (2 Millones
de años, día más, día menos); ese que aún nos proporciona una sorpresa-
estupefacción cada poco tiempo.
Hace nada, eran los agujeros negros que se inventó Stephen
Hawking echándole la culpa a Einstein. Unos agujeros tan negros que nadie los
puede ver, pero que se notan. En todo caso ya pasados de moda. Luego fueron los
cúmulos galácticos, que no nos
impresionaron nada porque al fin y al cabo unas cuantas galaxias girando unas
alrededor de otras no sorprende a nadie; en el Universo parece que todo el
mundo se pasa la vida girando alrededor de otro, como en política. Después se
inventaron la materia oscura (esa
que no se ve ni se toca ni se huele, pero que está ahí, como el espíritu
divino); luego la energía igual de
oscura (para completar el dislate porque, ¡hombre! la energía no se ha
visto nunca, ¿cómo que además es oscura?). Y es que los astrónomos se aburren
en las largas noches en que no pueden mirar por el anteojo porque está nublado,
o porque una puñetera paloma se cagó en la lente del telescopio.
Pues la canción de estos últimos
veranos son los Supercúmulos. Cualquiera pensaría que un supercúmulo es un
cúmulo muy gordo, pues no señor. Los astrónomos llaman CÚMULO a un grupo de galaxias que se mueven, por la atracción
gravitatoria, unas alrededor de otras, como ya hemos dicho. Así el cúmulo llamado Grupo Local, en el que se encuentra
nuestra Vía Láctea y en cuyo extrarradio vivimos los terrícolas, y también la
galaxia Andrómeda (esa que puede verse desde nuestra terraza veraniega con unos
buenos prismáticos porque está ahí al laíco). Esa que se mueve hacia nosotros a 500.000 Km/h
en ruta de colisión y con la que chocaremos dentro de unos 3.000 millones de años,
día más, día menos) además de la Galaxia del Triángulo, que completa las tres
espirales, y otras 30 más pequeñitas e informes.
Pues también han descubierto los
astrónomos que este inmenso cúmulo se mueve, nos movemos, hacia un lugar
llamado el Gran Atractor. Seguramente un increíble centro gravitatorio que nos
“chupa” desde la lejanía, como el mar “sorbe” las aguas de los ríos. Es más,
han descubierto que hay miles de millones de cúmulos galácticos y todos ellos
se mueven en determinadas direcciones privilegiadas, direcciones que los
cúmulos siguen dócilmente uno detrás de otro, en fila india, formando los “filamentos galácticos”. Y más aún;
resulta que hay miles de esas filas de cúmulos que se dirigen todas hacia ese
Centro Atractor de modo que si dibujamos esos filamentos, esas “carreteras” por
las que circulan los Cúmulos de Galaxias resulta un mapa similar a un río con
sus afluentes. Es como si el espacio-tiempo del universo tuviera promontorios,
montañas, valles y cañadas, y los Cúmulos de Galaxias “rodaran” hacia las
partes más bajas, como las aguas en la cuenca de un río. Pues a cada uno de
estos “ríos” los astrónomos les han llamado Supercúmulos o Hipercúmulos (en
esta ocasión con una lamentable falta de imaginación, hubiera sido más adecuado
Río Galáctico o algo parecido). De hecho saben qué galaxias pertenecen a uno u
otro de estos “ríos” según en qué dirección y sentido se mueven.
Así a nuestro Supercúmulo, a nuestra
cuenca hidrográfico-galáctica, la han bautizado con el bonito nombre de
LANIAKEA (Cielo Inmenso, en Hawaiano). Y tiene esa bellísima forma que se
muestra en la figura de cabecera. El puntito rojo muestra el lugar donde se
encuentra nuestra Vía Láctea, donde estamos nosotros; y los catalanes, aunque
ahora se quieren ir...
Pero en realidad, pese a que cada
año los astrónomos se empeñan en mostrarnos un Universo más descomunal e
inimaginablemente inmenso que nos hace más pequeñitos, a mí no me parece un
descubrimiento tan sorprendente esto de los ríos de galaxias. Ya lo decía
Hermes Trismegisto en “Le Kybalión”: ”Como es arriba, es abajo; como es abajo,
es arriba”.
Y Jorge Manrique en forma más poética:
· Nuestras vidas son los ríos
· que van a dar en la mar
· que es el morir
· … el se acabar.
· Nuestras vidas son los ríos
· que van a dar en la mar
· que es el morir
· … el se acabar.
Manuel Reyes
Bibliografía:
Ø
The Laniakea supercluster of
galaxies. R. Brent Tully, Hélène Courtois, Yehuda Hoffman &
Daniel Pomarède.
https://www.nature.com/nature/journal/v513/n7516/full/nature13674.html
Ø Nuestro rincón del universo se llama
Laniakea, con 100.000 billones de soles. Científicos de EEUU describen por
primera vez nuestro vecindario en el espacio.
https://elpais.com/elpais/2014/09/26/ciencia/1411745498_952575.html?rel=mas
Ø Descubierta Sarasvati, una de las
mayores estructuras del universo. Astrónomos indios describen el supercúmulo de
galaxias más lejano que se conoce.
https://elpais.com/elpais/2017/07/13/ciencia/1499967116_043113.html?id_externo_rsoc=FB_CC