Llegó el día y Trump será coronado poco
menos que como emperador del mundo.
De momento solo ha prometido apropiarse
de Groenlandia, Canadá y el Canal de Panamá. No está mal para empezar. Ni su
amigo Putin es tan ambicioso.
Cuesta creerlo. Uno se siente
desconcertado ante la realidad que nos rodea.
¿Cómo se puede comprender que un tipo que
lanzó a la turba contra el Capitolio para impedir que se proclamara que había
perdido las elecciones, es decir; un dictador nato, a la altura de Putin,
Maduro, Ortega…, haya sido votado para presidir los EEUU por la friolera de
76,9 millones de personas de los aproximadamente 150 millones de votantes que
tiene el país?
Un tipo, multimillonario, que ha hecho en
toda su vida lo le ha salido de sus narices, sin respetar las leyes ni a las
personas. Condenado en firme y acusado de decenas de delitos en cuatro causas
judiciales. Es decir un delincuente reincidente que no podrá dejar el cargo
nunca porque se reactivarían las causas penales y acabaría en la cárcel. Decía
Maquiavelo: ”Un príncipe que puede hacer lo que quiere está loco, un pueblo que
puede hacer lo que quiere no es sabio”. Pues este señor es al que prefieren los
norteamericanos. Trump montará una plutocracia de consecuencias mundiales
imprevisibles, pero aterradoras para todo el que no sea millonario.
Esto me trae a la memoria aquel pasaje de
S. Mateo que yo estudié en mi juventud donde Pilato preguntaba a la
muchedumbre: ¿A quién queréis que os ponga en libertad a Jesús, a quien llaman
el mesías, o a Barrabás? Y la gente gritó: ¡A Barrabás, a Barrabás! Pues
seguimos igual.
Pido disculpas por este dislate, rebote
memorístico temporal. Es que uno ya es muy mayor. Solo intento reflejar mi
asombro ante lo que ha ocurrido en USA y lo que temo que está ocurriendo en el
mundo en general. Me refiero al auge de los conservadores frente a los
progresistas. Y no hablo de izquierdas ni derechas porque creo que este
concepto ya pasó a la historia. Conservadores son todos aquellos que quieren
parar el mundo, que no sigamos cambiando cosas porque esto nos llevará al caos.
Y no importa que los conservadores sean cristianos, musulmanes, judíos,
budistas o confucionistas, que los hay de todos estos sesgos. Progresistas son
los contrarios, los que desean continuar con los cambios.
¿Pero porqué este miedo al cambio?
Posiblemente porque están cambiando
tantas cosas y tan deprisa que nos desconciertan.
Con la revolución industrial, ya a
principios del siglo XIX las mujeres comenzaron a incorporarse al mundo del
trabajo. Solo en España el porcentaje de mujeres que trabajan es el 47,2 % de
la población total, esto es, unos 19 millones de mujeres. En conjunto en el
mundo anda sobre el 44,5% de la población. En dos siglos y lo que va de este,
casi se ha duplicado el número de trabajadores en el mundo. Concretamente
aumentó en 1.780 millones de personas, (estoy utilizando cifras aproximadas).
Este profundo cambio social, obviamente, está generando problemas sociales,
económicos y domésticos de todo tipo.
Pero la vida es azarosa, aleatoria y
cruel.
-En esta misma época la industria ha
creado máquinas que han multiplicado la fuerza de trabajo de las personas de
modo que un solo trabajador puede, hoy, hacer el trabajo de 8, 10 o 20. Sirva
como ejemplo lo que hoy logra un solo campesino con su tractor. Y si les faltan
datos piensen en los electrodomésticos. Esto ha eliminado a millones de
trabajadores.
-En esta misma época, aunque más
recientemente, hemos creado otro monstruo: INTERNET. Esto de las Redes
InTercoNectadas es un invento de unos matemáticos que se convirtió en
tecnología allá por 1969. En unas décadas (1990) parieron la WWW (la telaraña
mundial) que en apenas una década ya contaba con 2.000 millones de usuarios
interconectados de forma instantánea sin importar la nación o el continente.
Decir que este invento ha cambiado al mundo es simplemente una obviedad. Hoy
con un teléfono en el bolsillo podemos conectar con el resto del planeta y
acceder a mayor cantidad de información que jamás se había conocido. La
biblioteca de Alejandría, hoy, cabe en un pendrive que uno lleva en el
bolsillo. Ha cambiado nuestra forma de vida tan rápidamente que, con solo
quedarse sin asimilar las innovaciones de dos o tres años, te quedas fuera del
mundo, como en otro planeta. Allí donde han quedado la mayor parte de nuestros
ancianos, mis compañeros, en Marte. Hoy los ordenadores han dejado sin trabajo
a millones de personas que hacían labores rutinarias, como los bancarios, por
ejemplo.
-En esta misma época, aunque aún más
recientemente, nos hemos inventado otro monstruo: la Inteligencia Artificial
(I.A.), Ahora ya las máquinas que habíamos inventado y construido no necesitan
quien las conduzca, controle o vigile, lo hará la I.A. Su campo de acción es
tan amplio, asombroso y avanza tan rápidamente que ya no podemos prever lo que
va a ocurrir mañana, salvo si lloverá o no. Esto dejará sin trabajo a otro
puñado de millones de personas.
Todas estas metamorfosis contradictorias
nos han sumido en un mundo cambiante, incierto, inseguro y, sobre todo,
desconcertante. Nadie sabe dónde estamos ni mucho menos a donde vamos. Y esta
incertidumbre es, posiblemente la responsable de que el mundo se esté
inclinando hacia el conservadurismo. ¡Basta de cambios! ¡Parad ya esta locura!
¡Mantengamos lo que tenemos! Hay una frasecita andaluza que resume muy bien
este anhelo actual:
“¡Virgencita, virgencita, que me quede
como estoy!
Trump es un conservador, es un
delincuente,es un dictador, es un individuo de hierro, un
tío que sabe lo que quiere, con seguridad. Y es un profeta que ha prometido a los americanos el paraíso terrenal, y lo han creído.
¿Ha ganado por esto?
Sea como sea: ¡¡Que Dios nos coja
confesaos!!
Nota: Imagen de Glen Bledsoe (Técnica generativa, por I.A.)