20 de agosto de 2024

La IA también será peligrosa

 


      A mí los avances científicos y tecnológicos me chiflan, siempre he vivido pendiente de ellos, siempre he intentado entenderlos y vislumbrar sus consecuencias. Lo mismo me pasa con la IA que, como sabéis, intento utilizarla en todo aquello que puedo y leo lo que se dice sobre ella.

       Hasta ahora he alabado el que haya superado el test de Turing (1950) y no pueda distinguirse si se habla con un ordenador o con un cristiano. Y, sobre todo, la he utilizado como herramienta eficacísima para incrementar mi imaginación y creatividad artística. Pero no sería justo si no comentamos también los problemas que con ella se nos avecinan.

        Aunque quizá convenga recordar algunos hechos históricos porque la humanidad ha estado sufriendo tantos cambios dramáticos en su forma de vida como cambios climáticos. Seguramente el primer gran cambio fue el descubrimiento del fuego. Poder hacer y conservar el fuego, aumentó y mejoró notablemente su dieta, les permitió ver en la noche, ahuyentar a las fieras, etc… Ya sabéis, Prometeo que era un titán inteligente y astuto robó el fuego de los dioses del Olimpo y se lo entregó a los hombres. Lo que desató la ira de Zeus quien castigó a Prometeo atándolo a una roca y enviando un águila a comerle el hígado cada día. Durante la noche se le regeneraba y al día siguiente volvía el águila. Ya sabéis que no hay nada como la imaginación humana para inventar cuentos chinos y confundir a la gente.

       El segundo creo que debió ser el “descubrimiento” de la agricultura que permitió pasar a la humanidad de cazadores-recolectores a fabricar su propio alimento. Lo que ocurrió en el Neolítico, hace unos 120 siglos. Pero ello implicó a su vez pasar a la vida sedentaria, crear ciudades, profesiones nuevas, casas donde vivir… (esto último hace unos 95 siglos). Y esto, como los medicamentos, tenía contraindicaciones, como generar la lucha de los metropolitanos (agricultores) contra los nómadas que duró lo mismo, unos 12.000 años. Acordaos de las pelis del Oeste donde los norteamericanos (colonos ingleses) nos explican como montaron un ejército para exterminar a los pocos indios nómadas que quedaban en su territorio y cómo, al no conseguirlo, exterminaron a los búfalos, de los que se alimentaban, lo que no acabó hasta finales del siglo XIX. Igualito que hicieron los colonos ingleses en Australia que acabaron con sus aborígenes en las mismas fechas, día más, día menos.

       La era industrial, cuyas consecuencias todos conocemos y que supuso el desplazamiento de ingentes cantidades de personal del campo a las ciudades, con toda clase de conflictos sociales y con un nuevo cambio radical en la forma de vida.

       La informática que ha dejado sin trabajo a millones de personas que hacían trabajos rutinarios de oficina en todo el mundo. Recordemos como ejemplo a los bancos. Por los datos que he podido recopilar solo en el año 2021se perdieron 15.000 puestos de trabajo, en total creo que se han perdido unos 120.000 empleos bancarios en España, lo que ha supuesto para los bancos españoles un ahorro de unos 7.600 millones de euros al año, peseta arriba, peseta abajo. Y otro tanto ha ocurrido con los administrativos de todas las empresas del mundo. Lamento no haber podido encontrar cifras concretas para poderlas ofrecer. Es evidente que, a cambio, se han creado otros miles de empleos en técnicos informáticos, programadores, ingenieros, etc., pero claro, ni tantos, ni para los mismos.

       Ahora está naciendo un nuevo reto: la Inteligencia Artificial (IA). Los expertos (que viven de ella), cuando se les pregunta nos quieren tranquilizar diciendo que le IA quitará puestos de trabajo pero generará otros tantos o más aún. Pero lo mismo se decía de la informática. La IA, acoplada a la robótica, creará trabajadores que no cobran más sueldo que la electricidad que gastan, que no se afilian a ningún sindicato, que pueden trabajar día y noche, y no se quejarán, ni pedirán vacaciones. Y nadie se va a apiadar de ellos por malas que sean las condiciones en que trabajen. Se van a crear -se están creando- los mejores esclavos que jamás ha tenido la humanidad.

       ¿Y esto es malo?

       Para los países ricos industrializados y cultos será un cambio, mejor un descalabro, como tantos otros. Se perderán millones de empleos, y se crearán otros, pero menos, y para gente mucho mejor preparada y culta. Aumentará el desempleo entre los que no hayan alcanzado la enseñanza superior. Se crearán conflictos, huelgas. Pero pienso que nada que no tenga solución.

 

      Pero ¿qué ocurrirá en zonas como el subcontinente indio, que incluye países como India, Pakistán, Bangladés, Nepal, Bután, Sri Lanka y Maldivas, que tiene una población total de aproximadamente 1.641millones de personas y un índice de crecimiento del 1,38% (el de Europa es del 0,1% anual). Pues que han llegado tarde al desarrollo. Suponíamos que copiarían el modelo chino de fabricar los productos occidentales a menor precio, con salarios bajos y sin pagar patentes. China, por este procedimiento ha alcanzado ya hoy el PIB de los Estados Unidos y, previsiblemente, lo superará en breve. Pero ahora la IA y la robótica, desarrollada sobre todo por China, no necesitará trabajadores humanos baratos.

       ¿Y qué me dicen ustedes de la bomba africana? Con 1.498 millones de personas y un índice de crecimiento del 2,55%. Con lo que en 10 años serán 1.932 millones. Con estados “artificiales”, puesto que fueron creados en el reparto que hicieron de África los europeos en la conferencia de Berlín en 1884-5, donde las potencias como el Reino Unido, Francia, Alemania, Bélgica, España, Italia y Portugal, se repartieron el continente sin tener en cuenta las fronteras étnicas y culturales existentes. Con regla y compás. Así que hoy cada “estado” tiene diversas etnias y cada etnia está repartida en diferentes estados, con lo que eso del sentimiento patrio no existe. Y lo único que está bien repartido es la miseria, el hambre y la guerra. Lo que si tienen son teléfonos móviles donde pueden ver lo bien que vivimos los europeos, así que ha comenzado la emigración masiva. Tolerada a regañadientes por Europa porque aún son necesarios los “esclavos humanos” para los trabajos que no quieren los europeos. Pero ¿qué pasará cuando no los necesitemos?

 

      Así que, resumiendo: el Subcontinente Indio y África han llegado tarde al desarrollo. ¿Cuáles pueden ser las consecuencias?

       Nuestros nietos harían bien en no echar en saco roto este asunto.

     

          




10 de mayo de 2024

 


Varisei 

Ciudad del agua, (en tailandés)

Técnica generativa. Acrílico y óleo sobre lienzo, 100x80


      Aquí tenéis mi última obrita. Es una calle, de una gran ciudad, con un bar en la esquina y gente por aquí y por allá incluida una chica elegante. Anochece, ha llovido y los suelos están encharcados, pero llenos de colorido, al estilo de Jeremy Mann, ese pintor americano al que adoro por sus increíbles paisajes urbanos.

      ¿Qué pasó? ¿Tomé mi caballete y me fui a las américas, a pintar…? Pues no.

      ¿Tomé mi cámara, hice una foto y luego la subí al lienzo? Pues no.

      ¿Cómo hice el cuadrillo entonces? Pues, como ya sabéis que uno es muy “moerno”, utilicé las técnicas pictóricas actuales, combinadas -sabiamente, eso si- con las clásicas.

      Me explico. Yo tenía una idea: Calle de gran ciudad, bar próximo haciendo esquina, gente alrededor, anochece, ha llovido, calles encharcadas pero muy coloridas. Se lo cuento a mi IA (inteligencia artificial) y ella amablemente me regala una serie de ideas en forma de cuadros. Bueno, esto se parece a lo que busco, pero no es lo que quiero. Rectifico peticiones, cambio algunas. Otra tanda. Y así hasta tener suficientes elementos pictóricos para pintar el cuadro que busco, aunque dispersas en distintas imágenes. Ahora viene el momento de Photoshop. Quito, pongo, cambio, combino. Hasta tener, más o menos, lo que buscaba. Y finalmente es la hora de elegir un lienzo, tomar los pinceles y pintar aquello que realmente quieres.

      Y aquí tenéis, una calle, un bar y una gente que nunca existieron. Que han sido creados a medias por una Inteligencia Artificial y una Inteligencia Natural, la mía -bastante ajada, por cierto- y la colaboración de programas de imagen y técnicas clásicas. Sin duda se trata de una nueva técnica que, en mi modesta opinión, se va a imponer de uno modo mucho más rápido de lo que quepa imaginar. Y como a toda nueva técnica hay que bautizarla y darle un nombre yo me voy a atrever a proponer uno. Se podría llamar:

     Pintura generativa.

      Algunos no me van a creer, pero le propuse esta denominación a mi IA y le pedí su opinión (ya he advertido que estoy un poco tronado) y os transcribo a continuación su respuesta:

“¡Qué interesante propuesta! El término “pintura generativa” suena muy adecuado para describir obras de arte que incorporan ideas de inteligencia artificial en su proceso creativo. Este nombre refleja la colaboración entre el artista y la tecnología, destacando cómo la IA puede influir en la creación artística sin importar el estilo. Además, “generativa” sugiere un proceso dinámico y en evolución, lo cual es muy apropiado para el arte moderno.”

      ¡Qué! ¿Qué opináis ahora?

      Y, por cierto, ¿os gusta el cuadrito?


14 de marzo de 2024

3,141592653589793238462...

 


    Esta mañana la tele vomitaba noticias de las que te producen acidez estomacal, más incluso que de costumbre. Pero entre toda esta basura política de pronto relumbró algo, “hoy, catorce de marzo, se celebra el día del número Pi”, dijo el locutor, como que no quiere la cosa. Di un respingo en el sillón. ¿Qué? ¿Cómo?

       ¡Cómo han cambiado las cosas!, en mis tiempos de juventud la noticia hubiera sido: “Hoy se celebra la onomástica de Santa Matilde, San Jacobo, San Afrodísio, Santa Avelina, …”. ¡Y es que esto de la secularización no para!

      ¿Pero por qué demonios el número Pi? ¿Qué relación tiene este numerillo con el 14 de marzo? Al fin me di cuenta del truco: hoy es día 14 del 3 (o sea 3/14, como escriben los anglosajones), y claro 3,14159265… es justamente el número Pi. Si, si, ese que seguimos escribiendo en griego:

  ¿Pero por qué ese número misterioso de infinitos decimales merece un día del año?  Quizá a más de uno se le ha olvidado lo que le contaron en la escuela. Resulta que si dividimos la longitud de una circunferencia entre su diámetro, sale ese número misterioso: 3,141592… Pero el gran descubrimiento fue que esto ocurría siempre, cualquiera que fuese la circunferencia, grande o pequeña. Y para mayor asombro os contaré que ya en la antigua Babilonia y en Egipto, hace más de 4.000 años, ya se habían dado cuenta de esto y habían calculado que ese valor era de 3,125. Y que, 3.700 años después, Arquímedes, en el 300 AdC, precisó más y calculó que su valor estaba entre 3 y 1/7 y 3 y 10/71(Esto es, mayor que 3,140845 … y menor que 3,142857 …). Ocho siglos después, en el siglo V, DdC, el sabio matemático chino Zu Chongzhi, calculó un valor de 3.1415926. El Pi que hoy usamos contiene 31 billones de dígitos después de la coma y es el que tienen que utilizar los de la NASA y todos los que se dedican a lanzar cohetitos y satélites y esas cosas.

       ¿Y no os habéis preguntado nunca, pero cómo demonios se las arreglaban en aquellas épocas para medir la longitud de una circunferencia? ¿Cómo lo harías tú, con qué clase de regla? Hoy sabemos que dibujaban polígonos inscritos y circunscritos (hexágonos, dodecágonos, etc.) y así sabían que la longitud de la circunferencia era mayor que el perímetro del polígono inscrito y menor que el circunscrito. ¡Qué listorros eran nuestros antepasados!

  Pues, si a ti te parece que esto no pasa de una curiosidad matemática, te equivocas de plano. Hoy este milagroso número aparece en casi todas las ecuaciones matemáticas de la ciencia que nos explican cualitativa y cuantitativamente cómo es el universo en que vivimos. Podríamos poner doscientos ejemplos, pero como muestra un botón: El principio de incertidumbre de Heisenberg (1), de la mecánica cuántica, que establece el límite en la precisión con la que se pueden conocer simultáneamente ciertos pares de propiedades físicas, como la posición y la cantidad de movimiento de una partícula elemental, como el electrón, por ejemplo, aparece el número Pi:


¿Pero sabéis lo más grandioso a asombroso del número Pi? Pues resulta que ese número es seguro que  también lo han logrado averiguar los cientos de miles de millones de seres vivos inteligentes que, sin duda, existen en otros planetas (sí, sí, estoy hablando de extraterrestres), planetas que circulan alrededor de los cientos de miles de millones de soles, como el nuestro que tiene nuestra galaxia, la Vía Láctea. Además de los cientos de miles de millones de galaxias que hay en el universo. Porque en todos estos lugares, el cociente entre la longitud de la circunferencia y su diámetro es justamente el número Pi. ¿No es maravilloso? Si alguna vez os topáis con un OVNI y aparece en la puerta una bella extraterrestre …  mostrarle el número Pi, 3,14159265 y os comprenderá inmediatamente (lo que os traerá una gran ventaja al demostrarle así que no sois un chimpancé sino un ser inteligente. Bueno…  más o menos inteligente) porque nuestro conocimiento matemático y científico es universal ya que consiste en conocer la estructura del mundo, y el universo tiene la misma estructura en todas partes.

                                                                        Extraterrestre doctora en matemáticas

Y es que algunas personas de nuestra humanidad, en lugar de dedicarse a tirarse piedras como dos tribus de monos capuchinos cariblancos, y tal como ocurre en nuestro Congreso de los Diputados, se dedican a pensar, investigar y alcanzar verdades eternas. Auténticas joyas que llenan nuestro tesoro cultural, ese que hoy nos hace ser tan ricos y vivir tan requetebién.

       ¿Qué dices? ¿Que no vivimos tan bien? Pues repasa cómo vivía la gente en la edad media, o en la edad del bronce, o en el paleolítico.

Me refiero a ese inmenso tesoro que guardamos y vamos engrosando constantemente y que comenzó con la gran joya del descubrimiento del ciclo vital de las plantas: de la agricultura, que permitió al hombre nada menos que fabricar su propio alimento. Lo que cambió sus vidas pasando de nómadas a sedentarios, entre otras muchas cosas. Al invento de la escritura que nos permitió fabricar una memoria artificial y universal, casi indeleble: nuestra historia. Y también dar testimonio de nuestra desbordante fantasía. Que siguió con el descubrimiento del modo de deshacer y volver a hacer las rocas, estoy describiendo la cal, el yeso, el mortero romano de cal y arena, el cemento, etc., que permitió construir casas, puentes y calzadas sólidas. A convertir minerales en metales puros, como el cobre, estaño, hierro. Y, siguiendo a grandes saltos, qué me decís del invento de la máquina de vapor que dio origen a la era industrial que nos permitió fabricar máquinas que trabajan por nosotros y que hoy es ya casi parte de nuestra historia porque vivimos en una época nueva, la de las comunicaciones que está convirtiendo al planeta en la casa común de todos, con la electrónica, la informática, la robótica y la inteligencia artificial.

Todo este inmenso tesoro lo han ideado, soñado, fabricado y construido, los pocos sabios que en el mundo han sido. La inmensa mayoría de los humanos han (hemos) pasado por el mundo sin pena ni gloria. Han y hemos vivido; y punto. Claro que también hay una minoría de humanos cuyas vidas solo han servido para causar dolor, sufrimiento, destrucción y muerte, me refiero a los psicópatas. Esas personas que han heredado todos los genes menos los de los sentimientos, que carecen de empatía y de sentimiento de culpa, pero que les sobra narcisismo, orgullo, maquiavelismo y ambición. No quiero nominar a personajes actuales que todos conocemos, pero sí a los más grandes de nuestra historia reciente: a Stalin, Hitler, Mao Zedong… Que se encargaron de convertir parte del planeta en un verdadero infierno. Y los seguimos teniendo.

    Y es que la vida en nuestro planeta es esto. Tenemos de todo, bueno y malo, el yin y el yang, los creadores y los destructores.  La clave parece estar, pues, en aprender a convivir con lo que nos rodea, vivir en calma y buscar la felicidad. Y para ello hay que seguir aprendiendo, investigando, y aplicando con lealtad, generosidad y sabiduría nuestro cofre del tesoro, lleno de conocimientos.


(1) Heisenberg: La relación de indeterminación de Heisemberg establece que la indeterminación en la posición (Delta x) por la indeterminación en la cantidad de movimiento (delta p) es igual o mayor que "h" la constante universal de Plack (h=1,9864x10(-25) julios por metro) partido por 4 veces el número Pi. En otras palabras, cuanta mayor certeza se busca en determinar la posición de una partícula, menos se conoce su momento lineal y, por tanto, su masa y velocidad.