Hoy la investigación tiene
abiertos miles de frentes pero muchos de ellos, dentro del mundo biológico,
están centrados en unos u otros aspectos de la geriatría, en la forma de evitar
las secuelas de la vejez. Y es que a partir de los cuarenta y tantos años,
cuando hemos dejado de ser capaces de reproducirnos, para la madre Naturaleza
somos una carga inútil, innecesaria. ¿Por qué alimentar a unos bichos que ya no
son capaces de reproducirse? Es un gasto de energía inútil (observe el atento
lector que es lo mismo que piensan los gobiernos respecto de los jubilatas. Pero no se aflija por ello porque mientras
mantengamos el derecho al voto no tendrán otra salida que alimentarnos). Y es por esto que a partir de esta edad todos
los sistemas de nuestro organismo comienzan a fallar.
Si nos empeñamos en mantenernos
vivos tenemos que luchar denodadamente contra la Naturaleza (y contra el
gobierno). Para ello tenemos que averiguar cómo funciona cada uno de nuestros
órganos y sistemas con el fin de repararlo cada vez que se empecine en fallar. Y
para ello tenemos a esos maravillosos médicos sin los que ninguno de nosotros
hubiera sobrevivido hasta la senectud. Pero delante de los médicos tienen que
ir los investigadores médicos, biólogos, bioquímicos, etc. que son los que
averiguan cómo funciona el asunto y luego se lo cuentan a los médicos que nos
curan.
—
¿Pero es verdad que el hombre de hoy busca la
inmortalidad?
—
¡Hombre… el de hoy y el de siempre, no te
fastidia! ¿Por qué si no se inventaron los mitos de la reencarnación, el alma, el elixir de la eterna juventud y
cosas por el estilo?
Esta sería la respuesta fácil y chistosilla
pero no, yo me estoy haciendo la pregunta en serio. Dice Yuval Noah en su libro
“Homo Deus” que el hombre de hoy ha vencido ya al hambre, la peste (la
enfermedad) y la guerra (hablamos de los países occidentales, claro), nos falta
el curto jinete, la muerte. Y en ello estamos.
Es raro el día en que no aparece
en la prensa científica, y a veces en la normal, referencias de algún estudio
que va encaminado a este objetivo de vencer a la vejez. Porque vencer a la
vejez es la misma guerra que vencer a la muerte, aunque distinta batalla. El
que no envejece no muere.
En este articulillo que os
acompaño se nos narra el reciente descubrimiento de que si mantenemos
inalterado el ADN de la mitocondrias, no se envejece. Más aún si se restaura
ese ADN perdido por las mitocondrias de un ser viejo, recupera su juventud. Al
menos en los aspectos externos como arrugas, pérdida de pelo, etc. ¡Vamos, que
si el ADN mitocondrial ese se pudiera vender en frascos iba a valer el botecito
una pasta…!
No entro en explicaciones sobre
los aspectos biológicos de los términos que utilizo porque lo que quiero
destacar es el esfuerzo real y pertinaz de muchos de nuestros científicos por
averiguar cuáles son las pautas del envejecimiento y, por ende, cuales son los
procedimientos para evitarlo.
Aunque el verdadero fondo de la cuestión es:
—
¿Pero existe realmente la posibilidad de no
morir?
Por lo dicho más arriba se deduce
que hoy todavía no tenemos la respuesta, aunque, bajo el punto de vista biológico, hay que tener en cuenta que NO TODOS LOS SERES VIVOS MUEREN. Los seres
unicelulares que se dividen para reproducirse no mueren, porque cada célula
madre se divide en dos hijas. Dicho en Román paladino: un viejo se convierte en
dos jóvenes. Claro que cuando los seres vivos se complican (y aparecen las
señoras y los caballeros) y aparece el sexo… ¡la fastidiamos! Los padres tienen
hijos y después ellos se mueren. Y si no se mueren la Naturaleza los mata, y si
tampoco esto resulta, el gobierno les congela la pensión.
¿Lo veis? Otra vez el sexo es
quien tiene la culpa.
Pero hay otro aspecto de la
cuestión que me gustaría tocar de soslayo: nuestros actuales poderes sobre los
seres vivos. Hasta hace unos años los cambios en los seres vivos, las
mutaciones, eran patrimonio de la madre Naturaleza (o de Dios, para algunos
creyentes), pero desde que nuestra ciencia descubrió el ADN y vamos
comprendiendo cómo funciona y cómo se cambia, ahora la evolución natural ha
quedado relegada y somos nosotros los que decidiremos cómo serán las plantas y
los animales en el futuro. Y, naturalmente, cómo seremos nosotros mismos,
puesto que somos el bicho que más nos interesa. ¿Y esto significa que podremos
evolucionar artificialmente hasta convertirnos en inmortales?
Está por ver, pero por ahí va la
batalla.
4 comentarios:
María Blasco, científica española ha ayudado a descubrir la causa del envejecimiento celular, y de los tejidos. La clave está en los telómeros de los cromosomas.......hay entrevistas en internet y también ha publicado un libro muy interesante relacionado con la inmortalidad "Morir joven a los 140 años"
Muchas gracias, María Concepción, pero yo le rogaría que añada algunos datos más sobre este libro, como editoral, ISBN, etc.
Manolo, soy tu sobrino Jesús. Aquí tienes el libro: https://www.casadellibro.com/libro-morir-joven-a-los-140/9788449332067/2939344
y también lo tengo pendiente :(
¡Tantos libros y tan poco tiempo!
Gracias Jesús, yo también lo incorporo a "libros por comprar" y por consiguiente a "libros por leer" que es una lista más comprometida.
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