18 de julio de 2018

El maleficio de las PRIMARIAS alcanza al PP


Candidatos del PP a las primarias 2018

    El PP está en primarias. Nadie lo hubiera vaticinado hace apenas unos meses, claro está que mucho menos hubiera podido nadie imaginar a Pedro Sánchez de presidente del gobierno, ni Nostradamus se hubiera atrevido. Y es que vivimos en una época donde los cambios son tan rápidos que no da tiempo a imaginarlos, vivimos en la perplejidad.

    Hace unos meses, en mayo del 17, cuando las primarias en USA (sí, sí, esas que ganó Trump) escribí un articulillo para explicar cómo este mecanismo de primarias es importado del extranjero donde tiene éxito porque allí lo que aquí llamamos “democracia” es otra cosa, y lo que aquí es un partido político allí ni se conoce. Podéis encontrar una explicación en mi blog “OLEOCENO” de esa fecha, pero lo volveré a explicar brevemente.

    En EEUU los llamados “partidos políticos” son maquinarias electorales que se ponen en marcha cuando hay elecciones, y nada más. Los líderes, los ideólogos, son personas que comulgan con la FILOSOFÍA republicana o demócrata y que hay que buscarlos en la calle. No están, ni tienen que estar, en el partido. Hay que buscarlos, estudiar su propuesta política e ideológica y exponerlos al gran público (no a los miembros del partido) para que los conozca y los vote, como un producto comercial nuevo. Como una nueva marca de jabón. La política nueva que se presenta es la del candidato, no la del partido que, casi, casi, no tiene ninguna.

    En España, en Europa, un partido político es una gran AGRUPACIÓN IDEOLÓGICA de gente que paga una cuota para mantenerlo y que tiene una “ideología” escrita, y solo cambiante en los congresos del partido. El nuevo líder tiene que salir de sus entrañas y debe ser elegido por la cúpula del partido (o por el jefe) que elige al mejor candidato dadas las circunstancias políticas del momento (o así debería ser). Cuando hay elecciones se contrata a empresas  especializadas para hacer la publicidad correspondiente.

    Como puede verse, estamos hablando de dos cosas radicalmente diferentes, por eso los procedimientos de unos no sirven para los otros. Sin embargo hemos importado de USA este follín de las primarias, debido seguramente al enorme poder de la publicidad americana que nos ha hecho creer que este proceso es “muy democrático”, aunque solo sea útil para ellos y su estructura política, no para nosotros. Para nuestros partidos es destructivo. Pero, curiosamente, nadie se atreve a decirlo.

¿Qué cambia con la adopción de las primarias?
    Pues básicamente que al nuevo líder lo eligen TODOS los miembros del partido, aunque no lo conozcan más que por lo que él dice cuando se hace publicidad a sí mismo. En lugar de ser elegido por una cúpula que sí que lo conocen bien (al menos en teoría).

¿Y esto no es más democrático?
    Esto es más asambleario. Elegir a quienes no se conocen bien es absurdo y engañoso por dos razones:

a) La mayoría de los electores no conocen en profundidad el momento político que atraviesa el país, solo superficialmente, o ni siquiera eso.

b) Los líderes que se presentan a las primarias no pueden tener ideologías distintas puesto que la del partido ya está escrita y ratificada por todos. Su postulación solo puede ser personalista, ligeros enfoques distintos de  los temas que ya están escritos en la “biblia” del grupo. De aquí se deriva el gran daño que causan al partido. No se combate sobre ideas sino sobre personas.

¿Y no es lo mismo que se equivoque la gran masa del partido a que lo haga la élite del mismo?
    No, en absoluto. Cuando la élite del partido elige un líder, toda la masa del partido lo apoya sin discusión y el resultado final es UN partido con UN líder. Aunque el tiempo posterior venga a decir que falló el líder.
Cuando se presentan a la elección dos o más candidatos los miembros del partido se decantan por uno u otro por razones personalistas, como indicamos antes. El partido se divide en varias facciones que, con el tiempo, van pasando de ser adversarios, a ser contrarios, a ser enemigos,  a ser enemigos irreconciliables. El resultado final son DOS líderes, con DOS partidos enemistados. Uno gana las elecciones y el otro pierde y ahora tenemos UN líder con la mitad del partido a favor y la otra mitad en la oposición.

    Y esto no os lo cuento como resultado de una reflexión más o menos acertada sino por la experiencia vivida en mis propias carnes en los pocos años que dediqué a la política en UPyD. Éramos un grupito de gente encantada con las nuevas ideas del partido, unidos hasta la médula, casi de la familia, pero teníamos que ser democráticos y dar ejemplo, así que decidimos hacer primarias. En Granada se presentaros dos candidatas y ocurrió tal como os he contado. Al final fuimos dos microgrupitos enfrentados, irreconciliables, que luchamos y morimos con las botas puestas hasta que al partido se lo cargó su propia jefa, Rosa Díez.

    La cualidad esencial que marca el éxito de la humanidad es la COLABORACIÓN (según el pensador de moda Yuval Noah). Cualquier sistema que dificulte o anule la colaboración va en contra del progreso social, como ocurre con los movimientos independentistas. El sistema de primarias trasladado a Europa no logra elegir al mejor líder sino dividir a un partido político en pedazos irreconciliables.

    Resulta sorprendente, pero cierto, que cuando al líder lo elige la cúpula del partido todo el mundo lo acepta y lo apoya. ¿Por qué no seguir con lo que teníamos?

Manuel Reyes


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