Aunque le cueste creerlo, existe un incremento mundial de la
miopía absolutamente alarmante que alcanzará a un 50% de la población total
hacia el 2050, y al que en sanidad se considera ya como pandemia.
Los primeros indicios vinieron de Asia, de Singapur, donde
los datos médicos de hombres jóvenes (militares) indicaron que a finales de los
70 la miopía se había incrementado en un 26% respecto a lo habitual que era del
orden del 5-6%. Pasó a un 66% a mediados de los 90 y a un impresionante 83% a
finales de la década pasada (2000-2010).
Pero mucho más alarmante aún fue el hallazgo de que el
fenómeno es global. Está ocurriendo lo mismo en todo el planeta con la única
diferencia de que los países más industrializados van más deprisa en la
escalada y los menos, como los africanos, más lentos. Incluyéndolos a todos, la
media mundial a principios de los 2000 había subido al 20% (del 5-6% inicial) y
el crecimiento lleva el camino de alcanzar al 50% de la población mundial hacia
el 2050. Para fechas ligeramente posteriores la casi totalidad de los
terrícolas serán miopes.
LOS MITOS
Como siempre
ha ocurrido, a la vista del problema los humanos inventaron una serie de mitos
que se arraigaron sobre las creencias generales con la fuerza de los dogmas
religiosos:
- La culpa es de la Tele. Los niños se pasan horas ante la pantalla del televisor y esto les estropea la vista.
- La culpa es de la Play y los teléfonos móviles, todo el tiempo mirando a las pantallas hace a los niños miopes.
- La culpa es de la lectura, los niños se pasan la vida leyendo.
- La culpa es de la genética.
Ya lo descubrieron los neurólogos hace tiempo: El cerebro humano cuando no sabe
algo, se lo inventa. Así cuando los antiguos no podían explicar los rayos y truenos
se inventaban a Zeus y lo explicaban con sus cabreos. Del mismo modo, y por la
misma vía, cuando en la actualidad no conocemos el origen de algún mal lo
achacamos a cualquier novedad cultural, científica o tecnológica: la lectura, la
genética, los móviles, la tele, las microondas, los campos electromagnéticos…
LA CIENCIA
Por fortuna hoy hay algunos
científicos en el mundo (pocos) que se ponen a investigar en serio. Así se
descubrió, tras múltiples intentos, que nadie logró correlacionar el incremento
de la miopía con las pantallas y pantallitas, ni tan siquiera con los libros y la
lectura. Lo que desconcertó a todo el personal. Pero ¡oh sorpresa! En 1969,
antes de que el problema hubiera comenzado a ser una preocupación generalizada,
unos investigadores lograron
correlacionar la miopía con el número de horas que los niños pasan al sol, al
aire libre. Dado que el hallazgo ocurrió en los primeros años en que se
detectó el problema, apenas 10 años después, y que ya habían surgido los mitos
de la lectura y las pantallas, nadie le dio el menor crédito, ni siquiera los
científicos. No fue hasta que durante decenios fracasaron todos los intentos de
encontrar otras correlaciones cuando alguien recordó la idea y hoy se está
estudiando en esta dirección con muy buenos resultados.
El origen genético quedó claramente
descartado desde el principio ya que si en una población hay un 30% de niños
miopes y en la de sus padres solo había un 2%, ¿de quién han heredado la miopía
los niños actuales? Y pensar que se haya podido producir un cambio genético en
todo el planeta en cuestión de 3 o 4 décadas es más absurdo aún.
Todos
los estudios actuales apuntan en la misma dirección, es la falta de horas a la
brillante luz del sol durante la niñez, es decir, mientras dura el crecimiento
del ojo, lo que induce a la miopía.
Esto viene abalado por las
estadísticas: Niños de África miopes 2%, Gran Bretaña 30-40%. En ciudades de
Japón y grandes ciudades asiáticas Hong Kong, Taiwaán, china, entre el 80 y el 90% En España 25% pero en pocos años subiremos
hasta el 50%. Los niños en Asia Oriental se dedican a ir a la escuela, sin
salir al patio, para luego irse a casa directamente, quedándose en el
interior.
fuente: GLOBAL
PREVALENCE OF MYOPIA AND HIGH MYOPIA AND TEMPORAL TRENDS. WASHINGTON UNIVERSITY
Algunos científicos piensan que la
vida en el interior de las casas casi permanente de la vida moderna –de casa a
la escuela y de la escuela a la casa y por el camino en el bus— siempre bajo luz artificial rojiza y poco brillante, es lo
que provoca un crecimiento anómalo del ojo alargándose de modo que la imagen se
forma delante de la retina y llega a esta desenfocada. El porqué de este
extraño fenómeno queda aún por aclarar, aunque ya hay algunos indicios:
- La luz brillante en el ojo produce la liberación de dopamina, un neurotransmisor que, posiblemente evite la deformación del ojo, (Ian Morgan, de la Australian National University).
- Las longitudes de onda verdes y azules se concentran en la parte delantera de la retina, mientras que la luz roja alcanza la parte posterior. Como la iluminación de los interiores tiende a ser más rojiza que los rayos de sol, el desajuste podría confundir los mecanismos de control del globo ocular. Esto le dice al ojo que no está enfocando bien y que, por tanto, debe crecer y compensar el desajuste de alguna manera. (Chi Luu, de la Universidad de Melbourne, en Australia). Este mismo doctor ha realizado experiencias con polluelos que se crían bajo luz roja y observado que eran miopes la gran mayoría. Cambiando la iluminación roja por varias horas diarias de luz azul intensa se pudo revertir el problema. Personalmente he de reconocer que no acierto a comprender cómo este señor averigua si un pollo es miope…
PREVENCIÓN Y REMEDIOS
Los estudios actuales no han revelado por completo la
naturaleza del problema pero están bien claras las recomendaciones más útiles:
·
Los
niños deben pasar al aire libre el mayor número de horas posible.
·
No
deben protegerse los ojos con gafas de sol de ningún tipo, en todo caso una
gorra de visera para no recibir la radiación directamente sobre los ojos.
También se apuntan ya algunos posibles remedios para revertir
el daño ya hecho en el futuro:
·
Cambiar
la iluminación rojiza a un espectro más amplio y posiblemente con abundancia de
luz azul intensa durante algunas horas.
·
Hay
indicios de que la atropina, que hoy se usa como dilatadora de la pupila, en
concentraciones mucho menores, podría detener la deformación del globo ocular.
Manuel Reyes
Referencias:
§
La miopía
se dispara. Diana Kwon. Revista Investigación y Ciencia, febrero 2017. Barcelona.
www.investigacionyciencia.es
§
Revista The Lancet: http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(12)60272-4/abstract?rss=yes