Algunas medicinas curan enfermedades. Esto es un hecho
incontrovertible. Pero no todas las medicinas curan todas las enfermedades. Uno
no va a la farmacia y pide una medicina cualquiera para curar su enfermedad.
Pues aunque esto parezca la verdad de Perogrullo es justamente lo que los políticos
hacen: "Dame unas primarias que estoy enfermo de credibilidad”.
Las
PRIMARIAS se han puesto de moda en España (y no estoy seguro si en toda Europa)
como remedio democrático a la enfermedad llamada DEDOCRACIA. Pero las primarias
son a las democracias europeas lo que el Viagra para curar el infarto.
Las
primarias las inventaron los norteamericanos y les va de maravilla, pero es que
la democracia americana, y más aún sus partidos políticos, tienen muy poco que
ver con las democracias europeas y menos aún con nuestros partidos. En general
habría que decir que los norteamericanos y los europeos nos parecemos sobre
todo en que tenemos dos piernas, dos brazos, una cabeza y… en fin para qué
entrar en más detalles; y poco más.
Los
partidos políticos americanos no son otra cosa que MAQUINARIAS ELECTORALES que
se ponen en marcha y al servicio de los candidatos que surgen en cada periodo
electoral. Los nuestros son AGRUPACIONES IDEOLÓGICAS que se unen y reúnen en
congresos para establecer una “Biblia” con sus principios y una “legislación”
con sus procedimientos para lograrlos. Sus líderes deben defender estos
principios y normas. ¿Y quién los debe elegir a ellos? Aquí está el problema: ¿Los
que los conocen personalmente y saben quién sería el mejor en cada
circunstancia política, esto es, EL APARATO del partido? ¿O la militancia, la
gente de la calle que ni los conoce? This is the question.
En USA,
el candidato es el que hace un planteamiento político completo con su filosofía
y sus procedimientos (que el partido no
tiene más que en nebulosa), y ha de ser
votado por todo el país, no solo por los afiliados del partido.
En
España, el candidato no puede apartarse de la “filosofía” ni de la “normativa”
del partido, o podría incluso ser expulsado del mismo. ¿Entonces de qué tiene
que hablar para que sus colegas de partido le voten a él y no a los otros? Pues
tiene que convencerlos de que él es el más alto, el más guapo y el más rubio, para
representar al partido. Incluso puede decir cómo él eliminaría a sus
adversarios de la oposición: cuarteándolos, atropellándolos, empujándoles a
un precipicio, etc. También puede
explicar cómo él logrará que, después de las primarias, todos, ganadores y
perdedores, se amen tiernamente. Esto es, solo puede hablar de patochadas.
La “dedocracia”
es mala porque hace que, con frecuencia, solo lleguen arriba los “pelotas”, no
los mejores. Pero yo os puedo asegurar, por mi propia experiencia personal en
la extinta UPyD, que las primarias son
muchísimo peores porque solo logran la división permanente del partido y no
aseguran en absoluto que gane el mejor. Las
primarias son a nuestra democracia un proceso contra natura.
Si hoy el
PSOE está tocado por esa extraña enfermedad sociológica que es la caída de los
comunismos y sus adláteres, solo le faltaba dividirse en tres compartimentos
estancos de odio mutuo y permanente para acabar la historia de sus días.
Manuel Reyes
1 comentario:
Ya conoces mi opinión al respecto, así que no podría estar más de acuerdo. No es la primera vez que se intenta implantar un modo foráneo en la vida política española. Después del fracaso de la I República, Cánovas ideó un sistema para imponer aquí el bipartidismo británico que tanta envidia despertaba por su enorme estabilidad. Como aquí no había mimbres históricos ni sociales para tal operación el resultado fue la corrupción, el caciquismo y la falsificación permanente. Tengo escrito algún articulo sobre la cuestión.
Tu artículo es claro y revelador.
Publicar un comentario